En el caso que ha
salido a la luz, una mujer, que trabajó como auxiliar de geriatría en dos residencias para mayores de San Sebastián, llegó a robar joyas por valor de
8420 euros de las que se ha podido recuperar algo más de una cuarta parte.
Los hechos por los que ha sido juzgada se cometieron en dos períodos distintos, el primero entre agosto de 2012 y abril de 2013, cuando la auxiliar sustrajo objetos como una medalla, una pulsera y dos alianzas de oro a tres ancianas que vivían en el primer geriátrico en el que trabajó. Luego, en la segunda residencia en la que trabajó entre junio y julio de 2013 se quedó con unos pendientes, un reloj, varios anillos y alianzas, collares y cadenas a siete ancianas. Parte del fruto de los robos la vendió.
Como señalamos, es importante detectar estos delitos, aún siendo hechos puntuales, deben servir de alerta tanto para las personas que viven en las residencias como para sus familiares y, sobre todo, los trabajadores que, en última instancia, ven desprestigiado su trabajo, por lo que son los primeros interesados en que estos hechos no ocurran.
Nota: la fotografía es sólo orientativa, el origen es una publicación estadounidense sobre delito cometido en residencias de mayores.