Morir haciendo lo que más gusta

12/12/2016

De vez en cuando ofrecemos noticias curiosas que motiven una reflexión. En este caso tiene que ver con la forma en que, desde los medios de comunicación se afronta una situación peculiar.

La que reseñamos ahora ocurrió en Mérida, la mexicana ciudad sita en la península del Yucatán. Allí un hombre de 74 años de edad falleció de un infarto fulminante cuando sostenía relaciones sexuales con una prostituta.

El hombre contrató sus servicios y una habitación en un domicilio. Cuando se empezó a sentir mal, la mujer pidió ayuda a los caseros pero, cuando llegaron los paramédicos el hombre ya había fallecido por un infarto seguramente causado por el consumo de viagra. La prostituta declaró que murió contento y en lo bueno del acto.

Si bien no deja de ser una noticia luctuosa, también no deja de tener su interés. En primer lugar por el uso de servicios de este tipo por parte de hombres de la tercera edad, lo que indica que el deseo sexual no se atenúa con los años y, en segundo lugar, alerta de los riesgos de tomar medicación sin control o de la necesidad de tomar precauciones cuando se mantienen relaciones sexuales sea la edad que sea.

A este segundo aspecto ya nos referimos en un interesante artículo en el que tratábamos las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) en México. Y sobre salud sexual nos remitimos a otros dos (sexo en la tercera edad y el sexo es un ejercicio saludable), que seguro aportarán datos interesantes sobre el sexo y la tercera edad, sobre su frecuencia, los riesgos posibles o no, etc.

Y en todo caso, en la tercera edad, el sexo seguro y con la moderación que a cada cual su salud le permita es una actividad placentera que sigue formando parte de lo que la vida nos puede ofrecer.

Enlace a la noticia original en un periódico mexicano

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