El hombre contrató sus servicios y una habitación en un domicilio. Cuando
se empezó a sentir mal, la mujer pidió ayuda a los caseros pero, cuando
llegaron los paramédicos el hombre ya había fallecido por un infarto
seguramente causado por el consumo de viagra. La prostituta declaró que murió
contento y en lo bueno del acto.
Si bien no deja de ser una noticia luctuosa, también no deja de tener su interés. En primer lugar por el uso de servicios de este tipo por parte de hombres de la tercera edad, lo que indica que el deseo sexual no se atenúa con los años y, en segundo lugar, alerta de los riesgos de tomar medicación sin control o de la necesidad de tomar precauciones cuando se mantienen relaciones sexuales sea la edad que sea.
Y en todo caso, en la tercera edad, el sexo seguro y con la moderación que a cada cual su salud le permita es una actividad placentera que sigue formando parte de lo que la vida nos puede ofrecer.
Enlace a la noticia original en un periódico mexicano