La mayoría de las residencias para mayores de Castilla y León no está en las ciudades

El reparto de la población en los territorios marca la distribución de los servicios. Las residencias para la tercera edad son un reflejo del medio en el que se insertan, como lo muestra Castilla y León.

En esta comunidad autónoma, el 74 % de las residencias geriátricas, que suponen el 64 % de las 46 000 plazas disponibles, se encuentra en el medio rural. Este dato es de suma importancia para entender los problemas a los que se enfrentan las personas mayores en una comunidad envejecida y con muchos pueblos pequeños con muy pocos habitantes cada uno.

Para la administración es un reto, pues la demanda de plazas residencialesaumenta en sitios en los que las infraestructuras y comunicaciones son algo más costosas o complicadas que en una ciudad de tamaño medio o grande. Sin embargo, las necesidades de atención de las personas mayores son las mismas.

También es una realidad que las residencias para mayores en el medio rural son una oportunidad de empleo, por lo que, de forma aparentemente paradójica, los servicios para los mayores ayudan a fijar a la población joven en zonas que lo necesitan de manera apremiante. Se trata, en definitiva, de que las personas mayores de los pueblos puedan seguir en sus zonas de residencia de toda la vida, pues para ellas supone, el líneas generales, un cambio muy drástico el traslado a una gran residencia en una capital en la que pierden sus referencias, entorno y red de conocidos.

Castilla y León aumentó en el año 2017 en un 2,6 (1197 plaza) el número de plazas residenciales, con lo que llega a tener una cobertura del 7,79 %, muy por encima de la media nacional que se está en el 4,19 % y del 5 % que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). De estas plaza, más de 7000 repartidas en 20 centros dependen de manera directa de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León.

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