LA HORA DE LEVANTAR A LOS RESIDENTES TIENE SU IMPORTANCIA

En algunas comunidades autónomas, especialmente en Cataluña, la administración ha tramitado expedientes sancionadores a residencias que levantan a algunos residentes antes de las 6 de la mañana.

Muy pocas, o ninguna residencia, tienen en su horario de atención el hecho de levantar a los residentes a horas tan tempranas, la realidad, en cambio hace que, en algunas, el sistema de turnos de personal en el que la hora de cambio de turno es a las 8 de la mañana, hacen que el personal de noche, con la intención de cumplir el objetivo de residentes levantados y aseados, adelantan la hora de inicio.

La administración, no sanciona el hecho de que algún residente esté despierto, sino el que la residencia haya ajustado el horario de vida de los residentes al funcionamiento de la residencia alejándolo de lo que se considera "normal" para ese colectivo. ¿es anormal levantar a las 5,45 y no a las 6,15 horas?. Parece que esta no es la cuestión que se plantea la administración sino ¿es razonable que a las 6,15 haya residentes dormitando en sillones de la sala de estar tras haber sido levantados y aseados con anterioridad por necesidades de organización de la residencia?

Esta discusión podría ser interesante desde un punto de vista académico pero se convierte en muy relevante cuando se empieza a sancionar con 4.000€.

En los últimos meses la respuesta ha llegado desde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que considera ajustado a derecho sancionar, como maltrato,con una sanción de 650.000 pesetas, a una residencia que, según comprobaciones efectuadas por la inspección, levantaba a algunos residentes entre las 5 y las 6 de la mañana.

Las residencias de mayor tamaño quizá tengan pautado y protocolizado todo lo que hace el personal durante las diferentes horas del día. Las más pequeñas, que son muchas, quizá deban mirar hacia dentro y preguntarse ¿a qué hora se hace cada cosa en el horario de noche, cuando el director y propietario no están en el centro? Vale la pena hacerse la pregunta y prepararse, quizá, para cambiar algunas cosas.