Cómo afecta la primavera a las personas mayores que viven en residencias

La primavera puede ser una estación maravillosa para los mayores que viven en residencias si se toman las precauciones adecuadas. Disfrutar del sol, la naturaleza y la actividad física moderada puede mejorar su bienestar físico y emocional. Por tanto, bueno será saber cómo afecta la primavera a las personas mayores que viven en residencias.

Con una adecuada planificación y seguimiento, esta estación puede convertirse en una oportunidad para potenciar la calidad de vida de los residentes. La llegada de la primavera trae consigo días más largos, temperaturas agradables y una explosión de color en la naturaleza. Sin embargo, también puede suponer algunos desafíos para las personas mayores que viven en residencias.

En Inforesidencias.com exploramos cómo afecta la primavera a los residentes y qué medidas pueden tomarse para aprovechar sus beneficios al máximo.

Beneficios de la primavera para las personas mayores

  1. Mayor exposición al sol y aumento de la vitamina D
    La primavera permite disfrutar de más horas de sol, lo que contribuye a la producción de vitamina D. Esta vitamina es fundamental para la salud ósea y puede ayudar a prevenir la osteoporosis y fortalecer el sistema inmunológico.
  2. Mejora del estado de ánimo
    Con la primavera llega un incremento de la luz natural, lo que favorece la producción de serotonina, la llamada «hormona de la felicidad». Esto puede ayudar a reducir los síntomas de depresión estacional y mejorar el bienestar emocional de los residentes.
  3. Fomento de la actividad física
    El buen tiempo invita a realizar más actividades al aire libre, como paseos, jardinería adaptada o ejercicios suaves en el exterior. Mantenerse activo es clave para la salud física y mental de las personas mayores.
  4. Conexión con la naturaleza
    Observar el florecimiento de los árboles y el canto de los pájaros puede tener un efecto terapéutico y relajante, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los residentes.

Residencias geriátricas con zonas verdes

Precauciones a tener en cuenta

  1. Alergias primaverales
    El aumento del polen en el aire puede provocar reacciones alérgicas en algunas personas mayores, causando estornudos, picor en los ojos y problemas respiratorios. Es recomendable que las residencias tomen medidas preventivas, como cerrar ventanas en momentos de alta concentración de polen y disponer de tratamientos adecuados.
  2. Golpes de calor y deshidratación
    Aunque las temperaturas en primavera suelen ser agradables, los cambios bruscos de temperatura pueden provocar golpes de calor o deshidratación. Es importante que los mayores beban suficiente agua y se protejan del sol con ropa adecuada y sombreros.
  3. Variaciones en la presión arterial
    Los cambios climáticos pueden afectar la presión arterial, especialmente en personas con hipertensión. Se recomienda un seguimiento médico para ajustar la medicación si es necesario.
  4. Astenia primaveral
    Algunas personas mayores pueden experimentar astenia primaveral, una sensación de fatiga y decaimiento provocada por los cambios de estación. Los síntomas incluyen cansancio, apatía y falta de concentración. Para contrarrestarla, es recomendable mantener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio moderado y asegurar un descanso adecuado.

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