El efecto protector del entrenamiento de la memoria

¿El entrenamiento de la memoria es un efecto protector?

Contamos como bloguista invitada a Cristina Vidal-Martí, doctora en psicología y autora de un libro muy recomendable para profesionales que trabajan en el campo de la atención a personas mayores en residencias, centros de día o en domicilios:  “Entrena tu memoria. 100 preguntas, 100 respuestas y 100 actividades

Un libro práctico sobre entrenamiento de la memoria

Libro muy recomendable sobre entrenamiento de la memoria.

En nuestro día a día, escuchamos que un proceso de entrenamiento de la memoria tiene un efecto protector. Esta afirmación que es aceptada por un gran número de investigaciones, a nuestro entender, necesita ser matizada con el fin de cumplir sus objetivos. Estos matices no radican en el enunciado en sí, sino en su significado y en la manera de concebir el entrenamiento.

Se entiende por entrenamiento de la memoria el proceso sistematizado con una intencionalidad, un fin, que tiene como objetivo final, como meta, mejorar el rendimiento de las funciones cognitivas. Hay distintas formas de entrenamiento: individual, grupal, centrado en los olvidos cotidianos, multidimensional – se valoran y se tienen en consideración todas las dimensiones de la persona: afectivo y sexual, social y relacional, física e intelectual- unidimensional, unifactorial o multifactorial – hay distintos factores y estrategias de memorización.

Estas distintas formas de entrenamiento condicionan los objetivos, contenidos, la duración y el resto de elementos organizativos y educativos. Sin embargo, para que un entrenamiento sea eficaz debe cumplir como mínimo tres requisitos.

Los tres requisitos del entrenamiento de la memoria

Un primer requisito es la continuidad. Un entrenamiento continuado en el tiempo, de manera sistematizada, facilita la motivación de la persona. La persona en este trabajo continuo puede ver sus logros a corto y medio plazo, situación que puede favorecer que siga entrenando su memoria.

El segundo requisito es el grado de dificultad. Un aumento continuado de la dificultad promociona la implicación de la persona en su proceso de entrenamiento porque se plantea nuevos retos y nuevas posibilidades a resolver. Se recomienda partir de un nivel acorde a sus capacidades e incrementar su dificultad de manera progresiva.

Un tercer requisito es la variedad. A nuestro entender, la variedad es riqueza y permite un entrenamiento más global, más integral que dota a la persona de nuevos recursos y elementos para optimizar su memoria. A su vez, la variedad es contraposición de monotonía, posible aburrimiento.

Antes de concluir, es conveniente clarificar el concepto efecto protector. Este término es distinto a la causalidad o al factor causal. El efecto protector significa menos probabilidad, un menor riesgo de padecer una demencia. Sin embargo, no debemos confundir una baja probabilidad con un hecho; es decir, entrenar la memoria y las funciones cognitivas es positivo para la salud de la persona, pero hay personas que desgraciadamente y por distintos motivos desencadenan un cuadro demencial habiendo dedicado tiempo al entrenamiento y al cultivo intelectual de su mente.

En resumen, el entreno de la memoria es un factor protector. Se recomienda que se inicie este tipo de actividad de carácter intelectual en la etapa adulta con cierta continuidad, realizando actividades de distinta índole y con un aumento gradual de su dificultad. El libro “Entrena tu memoria. 100 preguntas, 100 respuestas y 100 actividades” puede ser un buen recurso para empezar este proceso de entrenamiento y no esperar a ser de la tercera edad.

Un libro sobre entrenamiento de la memoria recomendado por Inforesidencias.com

Cristina Vidal-Martí. Educadora social y psicóloga. Autora del libro “Entrena tu memoria. 100 preguntas, 100 respuestas y 100 actividades” publicado en Ediciones Invisibles. Una herramienta de gran ayuda para trabajar en entrenamiento de la memoria.

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