Envejecimiento y ACP

Contamos de nuevo con la colaboración de Carles Reixach, trabajador social especializado en tercera edad. Hoy opinará con algunos ejemplos prácticos, como llevar a cabo el modelo de atención centrada en la persona (ACP), incluso cuando lo vemos más difícil.  Gracias Carles.

El envmujer mayorejecimiento y ACP es un tema de recurrente actualidad. Por una parte, todo estudio que analiza el envejecimiento de población llega a la misma conclusión. Cada vez vivimos más años.

Pero mientras la esperanza de vida aumenta, las pensiones se congelan. Y los sueldos siguen una tendencia similar. Una de las consecuencias provocada por la suma de estos factores es que las familias opten lo más tarde posible por la opción de centro residencial. Y que cuando se decida, el estado de la persona mayor es ya muy frágil o bien requiere de supervisión continua (entre otros factores).

Al posponer esta decisión y optar primero por los cuidados en el domicilio por ejemplo, (que tanto a través de la familia como a través de algún/a profesional, me parece una fantástica opción, siempre y cuando las condiciones sean óptimas), conlleva que al acceso a la residencia la persona tenga una edad más avanzada. Es ley de vida que cuando más mayores somos, la gran mayoría de nosotros precisará de mayores atenciones médicas, ya sean puntuales o continuas. En plena era del modelo ACP (de atención centrada en la persona), la edad de muchos residentes puede jugar en contra de los objetivos fijados por el equipo profesional para, y hasta a veces, con los residentes.

Que juegue en contra no significa que sea un motivo suficiente que corte de raíz el querer trabajar con los residentes desde la ACP. Sí, puede complicar el llevarlo a cabo, pero no lo inhabilita. Creo que el problema que a veces vemos es que quizá por la situación actual del residente, no podemos llevar a cabo una actividad que hemos detectado esencial en el plan de atención y vida. Pero aquí es donde debe entrar en juego la inventiva y experiencia de todo el equipo de un centro. Pongo un ejemplo:

El señor Antonio Esmayor tiene 88 años y una demencia tipo alzheimer moderado-avanzado. Resulta que lleva unos pocos meses en la residencia y en el PIAI del equipo se comenta que a través de la historia de vida y lo que se habla con su familia en las visitas, se ha sabido que cuando era joven le gustaba salir a bailar con su mujer los sábados por la tarde. Es algo bastante habitual no?.

Está claro que no es viable llevarle a bailar. Pero porque no tiramos de hemeroteca y buscamos videos por internet donde se vean fiestas patronales de hace un par o tres de décadas y la gente bailando? O hablamos con el centro cívico para pedir fotos de esto mismo. O quizá podemos hablar con su familia para ver si tienen fotos del tema y nos las pueden prestar? O mejor aun, que las comenten con el señor Antonio.

 

Otro caso y este es parcialmente verídico, es el de la Sra. Rosa Edadincierta. Nos comentó su hija que uno de sus sueños habría sido viajar a los barrios bajos de Brooklyn (EUA). Y que además no sabe porque pero le gustan mucho las películas americanas. Además era una gran cocinera y le encantaba cocinar. En este caso, dar respuesta a un deseo como esta afinidad por lo americano, podría materializarse mostrándole videos de esas zonas, o hablar con ella de películas americanas y sus actores. Por lo que se refiere a la cocina, se la podría llevar algún día con el cocinero/a de la residencia y si no pudiera colaborar, estuviese viendo como trabaja mientras se le habla de lo que cocina y como lo hace.

Desde mi punto de vista, creo que es verdad que a veces resulta complicado satisfacer los gustos, preferencias y deseos de un residente Aun así, opino que si intentamos acercarnos a ellos lo máximo posible esto ya es un paso de gigante.

 

 

 

 

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