La historia de mi vida y un libro para contarla
- Publicado por Josep de Martí
- Posted on agosto 14, 2018
- Uncategorized
- Comentarios desactivados en La historia de mi vida y un libro para contarla
José tenía tres hijos trotamundos y cuatro nietos extranjeros, como él siempre decía. Las circunstancias habían desperdigado a la familia, bueno, así son las cosas, decía a quien le ponía cara de pena y le tocaba el hombro. No soportaba esas caras como de lástima, ni que le pusieran la mano encima con solidaridad real o fingida. La vida es así y no es por eso mejor o peor.
Cuando se quedó solo al marcharse su hija pequeña a Suecia, se fue a vivir a una tranquila residencia. Allí encontró compañía, conversaciones y, sobre todo, unos talleres de nuevas tecnologías que le descubrieron un mundo infinito de posibilidades de saber, conocer y, sobre todo, la posibilidad de hablar con sus hijos y nietos más que cuando vivían en su casa y eran unos jóvenes inquietos que no paraban. Todas las semanas se conectaba a Skype al menos una vez con cada hijo. Se reía de quienes le decían que no tenía visitas, «pero si les veo y hablo con mis hijos más que tú con los tuyos, que vienen una tarde al mes a hacerte la visita del médico y si acaso te sacan a merendar, como si fueras un niño chico». Y se quedaba tan ancho.
Su hijo mayor vivía en Estados Unidos, sus dos chavales eran unos auténticos adolescentes estadounidenses con los que tenía conversaciones absurdas que le divertían muchísimo. La mediana, con su niña y su niño, vivía en Alemania. Los niños eran pequeños y le encantaba verlos jugar en el fondo de la habitación en la que su madre tenía en ordenador. La pequeña, la que él decía con humor «se hace la sueca», era la que más videollamadas hacía, no solo la que tenían pactada a la semana, pues como sus hermanos, hablan fijado un día y una hora por los cambios horarios, sino que de vez en cuando, a horas intempestivas, se conectaba y echaban una parrafada llena de risas.
Con tanta llamada, José acabó comprándose un ordenador portátil, asesorado por el profesor del taller de la residencia, y eso le dio una inusitada y satisfactoria sensación de independencia.
Parecía que el profesor había leído la mente a Juan. Juan enviudó muy pronto y casi había criado él solo a los chicos. La vida de trabajo y desvelos no había dejado mucho tiempo para compartir ratos distendidos, ni vacaciones, ni nada.
Los hijos crecieron deprisa, los estudios, los trabajos, las novias y novios. Tantas cosas sin decir por falta de tiempo y calma. Pensaba que sus hijos merecían saber quién fue su padre, que no solo era el hombre cansado que llegaba tarde y que los fines de semana hacía horas extras, decirles lo increíble que era su madre y, sobre todo, lo mucho que les quería.
Empezó a escribir. Su infancia en un pueblo pequeño y miserable en la Extremadura de la posguerra, el desarraigo de la emigración a la ciudad, el trabajo de sus padres, las experiencias de adolescente, la escuela atestada de niños, la libertad de jugar en la calle, su primer trabajo en una tienda, lo tonto que era el sargento en esa mili interminable, su aventura cuando se embarcó dos años en un barco mercante, el deslumbramiento que sintió la primera vez que vio a su esposa. Años felices, llenos de trabajos. Contó cómo se sintió con cada nacimiento de sus hijos. Sus travesuras y gracias. El desconsuelo de la muerte de ella, la única. Y los años en los que se mezclaban trabajos, el orgullo por tener unos hijos tan guapos y buenos y el cansancio.
Trabajó en el libro de su vida durante meses. El profesor le ayudaba y juntos iban dando forma a capítulos. Cuando consideró que todo lo que quería decir, ya estaba dicho, tecleó la palabra fin. Se guardó sus cosas, las que solo pertenecen a cada uno.
Con su vida metida en una memoria flash cogió en autobús una tarde y se bajó en el centro de la ciudad. Muchas tardes hacía ese recorrido, conservaba amigos con los que tomar café, pasear y charlar, uno de ellos, había sido compañero suyo en la imprenta en la que hacía horas extras algunas tardes. Estaba en las puertas de la jubilación, pero como todavía trabajaba, le echaría una mano.
A la semana recogió de la imprenta un paquete con tres pequeños volúmenes encuadernados de manera modesta. El la cubierta el título Mi vida, en la dedicatoria, una declaración de amor a sus hijos que nunca se atrevió a decir de palabra. En la oficina de correos preparó tres sobres acolchados, en cada uno metió un libro, una carta especial y copias de fotos de momentos felices. Escribió tres direcciones a tres países extranjeros y suspiró.
Anochecía cuando se bajó del autobús enfrente de la residencia. Una celadora en la puerta le apremiaba, se pasaba la hora de la cena. Él se dio algo de prisa, no mucha, la suficiente para disimular que en realidad la cena le importaba muy poco ese día. Se sentía bien y en paz. Y un cosquilleo le acariciaba cuando pensaba en las próximas citas con sus hijos en el portátil.
Entradas recientes
- Sillas salvaescaleras: la solución para la movilidad y la seguridad en el hogar
- El alcohol en las residencias de ancianos
- Impacto de la teleasistencia en la independencia de las personas mayores
- Consejos para cuidadores de personas mayores: La importancia del descanso
- Viajar con personas mayores: Consejos y Estrategias
Categorías
Comentarios recientes
- Noticias 18 de enero 2021 – Sanitas en Vacunas y la experiencia de Sanitas Consell de Cent
- taxi solidario contra el Coronavirus - Blog Inforesidencias.com en CUATRO ACCIONES A TOMAR ¡YA! PARA EVITAR QUE MUERAN MÁS MAYORES QUE VIVEN EN RESIDENCIAS
- Maria Gloria Subirats en Terapia con muñecas en residencias de mayores
- Musicoterapia en Música y musicoterapia en residencias, algo original
- Milena en Las 10 mejores residencias geriátricas del mundo desde el punto de vista arquitectónico
Archivos
- septiembre 2024
- agosto 2024
- julio 2024
- junio 2024
- mayo 2024
- abril 2024
- marzo 2024
- febrero 2024
- enero 2024
- diciembre 2023
- noviembre 2023
- octubre 2023
- septiembre 2023
- agosto 2023
- julio 2023
- junio 2023
- mayo 2023
- abril 2023
- marzo 2023
- febrero 2023
- enero 2023
- diciembre 2022
- noviembre 2022
- octubre 2022
- septiembre 2022
- agosto 2022
- julio 2022
- junio 2022
- mayo 2022
- abril 2022
- marzo 2022
- febrero 2022
- enero 2022
- diciembre 2021
- noviembre 2021
- octubre 2021
- septiembre 2021
- agosto 2021
- julio 2021
- junio 2021
- mayo 2021
- abril 2021
- marzo 2021
- febrero 2021
- enero 2021
- diciembre 2020
- noviembre 2020
- octubre 2020
- septiembre 2020
- agosto 2020
- julio 2020
- junio 2020
- mayo 2020
- abril 2020
- marzo 2020
- febrero 2020
- enero 2020
- diciembre 2019
- noviembre 2019
- octubre 2019
- septiembre 2019
- agosto 2019
- julio 2019
- junio 2019
- mayo 2019
- abril 2019
- marzo 2019
- febrero 2019
- enero 2019
- diciembre 2018
- noviembre 2018
- octubre 2018
- septiembre 2018
- agosto 2018
- julio 2018
- junio 2018
- mayo 2018
- abril 2018
- marzo 2018
- febrero 2018
- enero 2018
- diciembre 2017
- noviembre 2017
- octubre 2017
- septiembre 2017
- agosto 2017
- julio 2017
- junio 2017
- mayo 2017
- abril 2017
- marzo 2017
- febrero 2017
- enero 2017
- noviembre 2016
- octubre 2016
- septiembre 2016
- agosto 2016
- julio 2016
- junio 2016
- mayo 2016
- abril 2016
- marzo 2016
- febrero 2016
- enero 2016
- diciembre 2015
- noviembre 2015
- octubre 2015
- septiembre 2015
- agosto 2015
- julio 2015
- febrero 2015
- noviembre 2014
- julio 2014
- julio 2013
- enero 2011
- noviembre 2010
- septiembre 2010
- julio 2010
- junio 2010
- mayo 2010
- abril 2010
- marzo 2010
- febrero 2010
- enero 2010
- diciembre 2009
- noviembre 2009
- octubre 2009
- septiembre 2009
- julio 2009
- junio 2009
- mayo 2009
- febrero 2009
- enero 2009
- diciembre 2008
- septiembre 2008
- agosto 2008
- julio 2008
- mayo 2008
- abril 2008
- marzo 2008
- febrero 2008
- enero 2008
- noviembre 2007
- septiembre 2007
- abril 2007
- febrero 2007
- noviembre 2006
- julio 2006
- marzo 2006
- marzo 2005
- febrero 2005
- enero 2005
- diciembre 2004
- noviembre 2004
- octubre 2004
- junio 2004
- abril 2004
- febrero 2004
- diciembre 2003
Entradas recientes
- Sillas salvaescaleras: la solución para la movilidad y la seguridad en el hogar
- El alcohol en las residencias de ancianos
Temas de interés
Comentarios recientes
- Noticias 18 de enero 2021 – Sanitas en Vacunas y la experiencia de Sanitas Consell de Cent
- taxi solidario contra el Coronavirus - Blog Inforesidencias.com en CUATRO ACCIONES A TOMAR ¡YA! PARA EVITAR QUE MUERAN MÁS MAYORES QUE VIVEN EN RESIDENCIAS
- Maria Gloria Subirats en Terapia con muñecas en residencias de mayores
- Musicoterapia en Música y musicoterapia en residencias, algo original
- Milena en Las 10 mejores residencias geriátricas del mundo desde el punto de vista arquitectónico