Demencia, más allá del alzhéimer

Cuando hablamos de demencia, nos referimos a un conjunto de trastornos que afectan de forma progresiva funciones mentales como la memoria, el lenguaje, la conducta y la capacidad para desenvolverse en la vida diaria. Aunque la edad avanzada incrementa el riesgo, no se trata de una consecuencia natural del envejecimiento, ni afecta únicamente a personas mayores. De hecho, algunas formas de demencia pueden aparecer en etapas más tempranas de la vida adulta.

El diagnóstico precoz resulta esencial: permite descartar causas tratables y adaptar mejor los cuidados para preservar la calidad de vida de quien la padece.

Tipos de demencia

El tipo de demencia más conocido es el alzhéimer, pero no es el único. Existen otras formas menos difundidas pero igualmente importantes, cada una con síntomas y causas particulares.

Demencia vascular
Es la segunda forma más frecuente y se origina por una disminución del flujo sanguíneo al cerebro, a menudo tras un ictus o debido a problemas circulatorios crónicos. Afecta la capacidad de concentración, la toma de decisiones y el control emocional. A diferencia del alzhéimer, la pérdida de memoria no suele ser el síntoma más evidente al inicio, y su progresión puede ser escalonada.

Demencia con cuerpos de Lewy
Se caracteriza por fluctuaciones cognitivas, alucinaciones visuales y síntomas motores similares al párkinson. También puede haber alteraciones del sueño y episodios de desorientación intensa. Su evolución es muy variable y puede confundirse con otros diagnósticos si no se identifica correctamente.

Demencia frontotemporal (DFT)
Suele aparecer en personas menores de 65 años y afecta principalmente la personalidad, el comportamiento y el lenguaje. Es común observar apatía, impulsividad o comportamientos inusuales, así como dificultades para expresarse o comprender el habla. La memoria, en cambio, puede mantenerse relativamente conservada en las primeras etapas.

Demencia mixta
Se presenta cuando confluyen dos o más causas de deterioro cognitivo, siendo la combinación de alzhéimer y demencia vascular la más común. Esto puede dar lugar a síntomas entremezclados, lo que complica tanto el diagnóstico como el tratamiento.

Otras demencias menos frecuentes

  • Enfermedad de Huntington: Trastorno genético que combina síntomas motores, alteraciones emocionales y deterioro cognitivo.
  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob: Forma rara y de progresión muy rápida causada por priones, con síntomas neurológicos graves desde fases iniciales.

¿En qué se diferencian del alzhéimer?

Aunque todas las demencias comparten alteraciones cognitivas, existen diferencias clave:

  • Inicio de los síntomas: El alzhéimer comienza con problemas de memoria; otras demencias pueden empezar por cambios de comportamiento, lenguaje o movimiento.
  • Curso de la enfermedad: Algunas progresan lentamente, otras de forma brusca o acelerada.
  • Edad de aparición: Mientras que el alzhéimer suele manifestarse después de los 65 años, otras formas, como la DFT, pueden hacerlo antes.
  • Causas subyacentes: Las hay neurodegenerativas, vasculares, genéticas o incluso infecciosas.

Dado que no todas las demencias son iguales, ni afectan de la misma manera a cada persona, el abordaje debe ser individualizado.

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