¿Por qué es bueno un perro o un gato para una persona mayor?

Todos sabemos que tener una mascota como un perro o un gato puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona mayor. En Inforesidencias, donde nos preocupamos por el bienestar integral de los mayores, sabemos que la compañía de un animal no es solo una fuente de afecto, sino también un estímulo emocional, físico y social. Por eso, nos preguntamos: ¿Por qué es bueno un perro o un gato para una persona mayor?

Por supuesto, siempre conviene valorar el estado de salud y el entorno antes de adoptar un animal, pero con el apoyo adecuado, la convivencia con una mascota puede ser una experiencia enriquecedora y muy beneficiosa.

A continuación, te explicamos por qué los perros y los gatos pueden ser grandes aliados en esta etapa de la vida.

Beneficios emocionales de tener una mascota en la vejez

La soledad no deseada es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan muchas personas mayores. Un perro o un gato puede llenar ese vacío con su compañía constante. El simple hecho de acariciar a un animal reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés) y favorece la liberación de oxitocina, conocida como la hormona del apego.

Se trata de un vínculo que da sentido al día a día. Muchas personas mayores encuentran en su mascota una razón para levantarse cada mañana. Cuidar de otro ser vivo crea rutinas, estructura el día y proporciona un sentimiento de utilidad y responsabilidad.

Beneficios físicos: moverse más y sentirse mejor

Especialmente en el caso de los perros, las salidas diarias para pasear suponen una oportunidad excelente para mantenerse activo. El ejercicio moderado mejora la movilidad, la salud cardiovascular y el estado de ánimo.

Además, acariciar y jugar con una mascota también estimula la motricidad fina, algo fundamental para preservar la autonomía funcional.

Beneficios cognitivos y sociales

Los animales pueden ser un estímulo cognitivo importante. Hablarles, darles órdenes, recordar rutinas y reconocer sus necesidades mantiene la mente activa.

Además, los paseos con perro fomentan el contacto con otras personas y favorecen la socialización. Un perro es muchas veces el mejor «conector social» en el parque o en el vecindario.

¿Perro o gato?

Tendremos que elegir según el estilo de vida. No todas las personas mayores tienen las mismas necesidades ni el mismo nivel de autonomía. Por eso, es importante elegir el animal adecuado.

Ventajas de tener un perro

  • Fomenta el ejercicio diario.
  • Favorece el contacto social.
  • Aporta un sentido de protección y compañía.

Un perro es ideal para personas activas o que viven en lugares donde puedan salir a pasear.

Ventajas de tener un gato

  • Más independientes, requieren menos cuidados diarios.
  • Se adaptan mejor a espacios pequeños.
  • También proporcionan afecto y compañía.

Los gatos, como muchos intuimos, son mascotas perfectas para personas con movilidad reducida o que prefieren un entorno más tranquilo.

¿Se pueden tener mascotas en una residencia de la tercera edad?

Depende de la residencia. Algunas permiten mascotas pequeñas si la persona puede cuidarlas, otras solo aceptan visitas puntuales de animales. Cada centro tiene su normativa, por lo que es importante consultarlo antes de ingresar.

Cada vez más centros residenciales permiten que los residentes convivan con sus mascotas o participen en programas de terapia asistida con animales. Es una tendencia en alza que pone en el centro a la persona y reconoce la importancia del vínculo humano-animal.

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