Por qué se come bien en una residencia de personas mayores

Cuando una familia valora la opción de una residencia, una de las dudas habituales es la alimentación: ¿comerá bien mi madre o mi padre en un centro residencias? La respuesta es clara: sí, en una residencia de personas mayores se come mejor que en casa en la mayoría de los casos. Sepamos, pues, por qué se come bien en una residencia de personas mayores.

No solo por la variedad o la presentación, sino porque la alimentación forma parte del cuidado integral que ofrecen estos centros. En una residencia de personas mayores se come mejor, más sano y con más seguridad que en casa, especialmente cuando la persona vive sola o tiene limitaciones físicas.

La alimentación es un cuidado esencial y, en este ámbito, las residencias garantizan calidad y bienestar. Pero varias son las ventajas de la comida o comer en una residencia de personas mayores y en Inforesidencias las enumeramos:

1.- Una dieta adaptada a cada persona mayor

En una residencia, los menús están diseñados por profesionales de la nutrición y supervisados por médicos y enfermeras. No se trata de una comida genérica, sino de una dieta equilibrada, adaptada a cada residente y a sus necesidades específicas:

  • Menús blandos o triturados para personas con problemas de masticación.
  • Dietas sin sal o con control de azúcar para residentes con hipertensión o diabetes.
  • Aporte adecuado de proteínas, calcio y fibra para prevenir la desnutrición o el estreñimiento.

En casa, muchas personas mayores dejan de cocinar, comen siempre lo mismo o se saltan comidas. En la residencia, la comida está pensada para su bienestar y su salud.

2.- Comida casera y variada todos los días

La imagen de un menú industrial no se corresponde con la realidad. En la mayoría de residencias se ofrecen platos caseros, preparados a diario con productos frescos y de temporada. Sopas, guisos, pescados, carnes y postres equilibrados forman parte de la rutina.

Además, se da importancia a la presentación, al olor y al sabor, porque comer también es un placer que estimula los sentidos y la memoria.

3.- La ventaja de no estar solo a la mesa

Otro aspecto fundamental es el entorno. Muchas personas mayores que viven solas acaban comiendo deprisa, de pie o con un plato precocinado. En la residencia, las comidas se convierten en un momento social: se comparte mesa, conversación y compañía. Comer acompañado mejora el ánimo y aumenta el apetito.

4.- Seguridad e higiene garantizadas

La preparación y conservación de los alimentos sigue protocolos de seguridad estrictos, algo difícil de mantener en un hogar particular. Esto reduce riesgos de intoxicaciones o de productos caducados.

5.- Comer en la residencia frente a comer en casa

  • En casa: dificultad para hacer la compra, cocinar o recordar las tomas.
  • En la residencia: comida variada, adaptada y servida en el horario adecuado.

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