Lectura para el otoño: La sonrisa etrusca

En esta estación en la que las tardes se van acortando y el frío nos empieza a acechar, recomendamos La Sonrisa Etrusca.

José Luis Sampedro Sáez nació en Barcelona en 1917 y falleció en Madrid el año 2013. Fue un hombre con gran pasión por la vida, espléndido escritor y reconocido economista y humanista que abogó por una economía «más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos». Autor de numerosos ensayos, relatos y novelas en 2010 recibió la Orden de las Artes y las letras de España por su sobresaliente trayectoria literaria y por su pensamiento comprometido con los problemas de su tiempo. En 2011 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas.

La sonrisa etrusca es una novela intensa, íntima, magnífica que se publicó en el año 1985.

Es la historia de un viejo campesino de Calabria (Italia), Salvatore Roncone, un viejo cascarrabias, tozudo y un campesino extraordinariamente apegado a la tierra en la que nació que en su juventud luchó como partisano con el alias de Bruno que en el final de su vida viaja a casa de su hijo y nuera en Milán para tratarse un cáncer.

En el viaje hacia la ciudad que odia, hacen una parada en Roma, y mientras su hijo hace unas gestiones, Salvatore visita Villa Julia, donde descubre la sonrisa enigmática de una pareja de etruscos que se recuestan juntos sobre su propio sarcófago. Él no lo sabe, pero esa imagen es el principio de una nueva visión de la vida y el mundo, cuando creía que cuando se llega al final ya no hay nada que descubrir.

En Milán chocan dos visiones opuestas la de su hijo y nuera, que con su hijo Bruno, Brunettino, forman una familia urbana y burguesa y la suya, recia, campesina, machista, de rancias costumbres y rencillas familiares.

El cambio lo inicia su nieto de trece meses, cuyo nombre le hace feliz, aunque su hijo ignorara que era su nombre partisano en la clandestinidad. La relación entre abuelo y nieto está llena de ternura y amor por la vida, se enriquece cada día y transforma al anciano que encuentra dentro de él sentimientos que desconocía tener.

Por otra parte, inicia una relación sentimental que comienza con Herminia, una mujer sensata, cariñosa y sensible, que le regala momentos maravillosos de amor sereno.

Los últimos meses de la vida de este Salvatore con de maduración personal y de recolocación de valores y actitud con la vida, de comprensión con los demás y de amor auténtico.

La sonrisa etrusca es el aprendizaje de un niño y de un anciano, dos personas que se encuentran en los extremos de la vida y que mantienen una relación en la que el amor se retroalimenta y revierte en el bien común de ambos.

Esta novela sin héroes extraordinarios, sin grandes aventuras épicas, relata la mayor de las hazañas que puede hacer el ser humano: descubrir que nunca es tarde para cambiar, conocer, aprender y, sobre todo, amar a quienes están a nuestro lado.

Para quien lo ha leído a José Luis Sampedro, es la mejor forma de empezar. Su estilo sencillo e intenso hará que el lector descubra  uno de los escritores más deslumbrantes de la última narrativa en castellano. Si ya se ha leído, es un buen momento para retomar La sonrisa etrusca. La vida cotidiana, el entorno, los cambios, las tensiones…, todo puede parar mientras leemos las historias de Salvatore y su nieto Bruno, una llena de pasado, la otra llena de futuro, unidas por la escritura de un poderoso e insustituible narrador.

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