LA RESERVA CEREBRAL

La Reserva Cerebral es un tema del que se habla incluso en la prensa diaria. Esta cuestión surgió al observar que algunas personas tenían lesiones en el cerebro y, sin embargo, no padecían problemas de memoria, ni de otras funciones cerebrales como el lenguaje o la atención. Se decía incluso que tenían menor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.

Pero ¿qué es la Reserva Cerebral?

Ejercitar el cerebro, protegerse de la demencia

Quien ejercita su cerebro durante toda la vida afronta mejor la demencia futura

La reserva es algo que tenemos guardado para cuando haga falta. Una persona que ha estado entrenando su cerebro mediante ejercicios de memoria o de lenguaje o que ha estado ejercitando su atención, cuando haya alteraciones en su cerebro va a “aguantar” mejor estas alteraciones y va a seguir funcionando bien durante mucho más tiempo que aquella otra persona que apenas se ha ejercitado. Las células de su cerebro, las neuronas, son más eficaces, se organizan y se asocian mejor. Cuando vengan las alteraciones del cerebro, por ejemplo las relacionadas con la edad o la muerte de neuronas tal como sucede en la enfermedad de Alzheimer, este cerebro “aguantará” mejor estas alteraciones. Las personas que tienen poca “reserva”, inmediatamente presentarán síntomas: olvidos, dificultades para desenvolverse en el día a día (va a la compra y no entiende bien el valor de lo que compra ni puede calcular lo que le cuesta un producto), tiene dificultades importantes para poder expresarse (“no le salen las palabras”), etc. Por el contrario, la persona que tiene gran Reserva Cerebral, aun cuando su cerebro se esté afectando, no va a presentar alteraciones en el día a día o tardará mucho más tiempo en tener estos problemas diarios.

¿Qué factores intervienen en la Reserva Cerebral y cómo aumentarla?

En la Reserva Cerebral intervienen varios factores. Hay factores genéticos sobre los que poco podemos hacer. Pero hay otros que dependen de nosotros, es decir que podemos aumentar nuestra Reserva Cerebral. Entre estos factores se encuentran la educación y la cultura. Tienen Reserva Cerebral alta aquellas personas que tienen una elevada educación y cultura. Pero siempre podemos aumentar nuestra cultura: leer, salir a actos culturales como conferencias, asistir a espectáculos, el cine, ir a museos, viajar, estar informado de cuanto sucede a nuestro alrededor. Al aumentar nuestra cultura, aumentamos nuestra reserva cerebral.

Hay también actividades intelectuales que son muy convenientes: Los talleres de memoria, que se realizan cada vez más en numerosos centros, son especialmente útiles: en ellos se hacen ejercicios de memoria, de lenguaje, se estimula la atención, se aprende a solucionar los olvidos de la vida cotidiana; conviene que estas actividades sean dirigidas por personal bien formado. También son útiles los juegos de mesa o los pasatiempos (sudokus, sopa de letras, autodefinidos, etc.). Hay cuadernos de ejercicios (de cálculo, de memoria, de escritura o de dibujo) que son entretenidos y útiles.

Otro factor importante que influye en la Reserva Cerebral son las relaciones sociales. El aislamiento, no tratar con otras personas, es muy negativo. Es conveniente tener relaciones sociales, salir con amigos, conversar. En las relaciones sociales recibimos estimulación de numerosas áreas de nuestro cerebro: practicamos el lenguaje, guardamos hechos que estimulan nuestra memoria, estamos atentos lo que otras personas nos dicen, tratamos de entender, desarrollamos afectos y vivimos situaciones nuevas en cada momento a las que tenemos que adaptarnos y responder.

Para una buena Reserva Cerebral es muy importante el cuidado de nuestro cerebro: tener “un cerebro sano”. Para eso se debe controlar muy bien la hipertensión, el colesterol, el azúcar en la sangre (diabetes). Se debe hacer ejercicio físico, y evitar el sedentarismo (se dice que todos los días hay que caminar al menos una hora).

¿Qué recomendaciones podríamos hacer. En este cuadro se resumen algunas:

Recomendaciones

  • Controle la tensión arterial, la glucemia (o “azúcar en la sangre”), el colesterol. En caso de alteraciones producidas por la hipertensión, la diabetes o el colesterol alto, nuestro cerebro pierde “reserva” y será más fácilmente afectado por la enfermedad.
  • Realice ejercicio físico: un cuerpo sano lleva a un cerebro sano. Es ejercicio físico: Caminar todos los días durante más de media hora a cierto ritmo, hacer gimnasia, practicar deportes suaves (natación u otros), etc.
  • Realice actividades de ocio: Lectura, tocar instrumentos musicales, viajar, asistir a espectáculos, escribir por placer, bailar, etc.
  • Participe en actividades sociales, voluntariado, asociaciones, discusiones de grupo, excursiones, etc.
  • Practique ejercicios intelectuales. Entre otros, son útiles el hacer puzles y otros pasatiempos tales como sudokus o sopas de letras o jeroglíficos y practicar juegos de mesa.
  • Trate de incrementar su nivel cultural: Estudios, conferencias, reuniones, exposiciones o actos artísticos o culturales en general; esté al tanto de lo que sucede en el mundo y a su alrededor.
  • Realice estimulación cognitiva o entrenamiento de memoria individual o en grupo con profesionales preparados en centros que realicen talleres, programas o actividades de este tipo.

Dr. Pedro Montejo

Psiquiatra. Jefe del Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo

Madrid Salud. Ayuntamiento de Madrid.

Comentarios cerrados.