¿Qué es la sarcopenia?

Hoy nos escriben nuestros amigos y profesionales de la residencia Allegra, de Sabadell, quienes nos han permitido difundir este interesante artículo que publicaron en su blog hace un tiempo. Y es que a medida que nos hacemos mayores, solemos padecer más dolores y molestias que antes no sentíamos.

Uno de los síndromes geriátricos más comunes en la actualidad es la sarcopenia. También es uno de los más desconocidos para la población en general, aunque sus efectos sí que son comunes, como por ejemplo las caídas. Muchas son las preguntas que nos surgen al ver la palabra “sarcopenia” en un informe médico o cuando algún profesional sanitario la pronuncia.

En este post explicaremos de forma sencilla qué es la sarcopenia, de dónde viene, qué produce y cómo podemos evitarla o prevenir sus efectos.

Definición: No es tarea fácil

Empecemos pues por el principio, definiendo qué es la sarcopenia. La palabra proviene de la conjunción de las palabras del griego antiguo sarx, que quiere decir carne, y penia, que significa pérdida. Con lo que tenemos una definición muy básica que la sarcopenia es pérdida de carne. ¿Pérdida de carne? Sí, concretamente pérdida de masa muscular.

Cuando se produce un diagnóstico de sarcopenia, quiere decir que el músculo pierde fibras musculares con lo cual pierde también fuerza. Y, de forma más concreta, se da en los músculos esqueléticos, que son los que controlamos de forma voluntaria. Y esta pérdida de masa muscular y de fuerza se da de forma gradual, progresivamente: con el envejecimiento progresivo, el músculo pierde volumen y fuerza, con el consecuente riesgo de sufrir caídas, aumento del sedentarismo y otras consecuencias que veremos posteriormente. Por tanto, la definición clara es la pérdida gradual y progresiva de masa muscular y fuerza de los músculos esqueléticos, aquellos que controlamos de forma voluntaria.

Causas de la sarcopenia

Hay diversas causas o mecanismos que pueden conllevar a la sarcopenia. Y en una misma persona de pueden dar más de una y de dos. Aunque normalmente va asociada al envejecimiento progresivo, pueden haber causas que aceleren su aparición. Básicamente las resumiremos en 6 posibles causas o mecanismos. Son las siguientes:

perdida de tono muscular

Relacionadas con la edad: Es el factor casi más predominante. Con el paso de los años aparecen alteraciones en el sistema hormonal humano que provocan una serie de disfunciones a nivel interno y celular.

Relacionadas con la falta de uso del músculo: el sedentarismo, la falta de ejercicio es uno de los precursores que la disminución de masa muscular y volumen muscular se inicie prematuramente y además progrese.

Relacionadas con la nutrición: una nutrición inadecuada para la edad y/o una mala absorción de la misma pueden detonar el inicio prematuro.

Relacionadas con el sistema endocrino: alteraciones en la secreción de hormonas pueden derivar en desajustes como resistencia a la insulina o alteraciones de la glándula tiroides provocando el inicio de los procesos de pérdida de masa muscular.

Relacionadas con enfermedades neurodegenerativas: el avance de una enfermedad neurodegenerativa conlleva la aparición de la sarcopenia.

Relacionadas con la caquexia: La caquexia es el término médico que se refiere a consumir recursos corporales debido a una enfermedad.

¿Y SUS CONSECUENCIAS?

Pues van directamente relacionadas con todo aquello que afecte a la funcionalidad, al movimiento y a la resistencia, aumentando las necesidades de atención y ayuda a la persona mayor. Por ello al aparecer la sarcopenia, aparece también la fatiga. A la persona le cuesta más moverse, con lo que entra en un círculo vicioso pues al no moverse, más cansada esta y menos capacidad tiene para recuperar su actividad, aumentando sus necesidades vitales y la ayuda de terceros.

Hay una relación directa y clara entre esta debilidad con las caídas. A la persona mayor le cuesta más moverse, tiene menos reflejos, menos resistencia y su equilibrio está más afectado, provocando que una pequeña inestabilidad se convierta en una caída.

También se ven afectadas las actividades de la vida diaria, cuando la persona mayor empieza a no realizarlas por sí misma, con la afectación de tener una mala nutrición, entrando otra vez en un círculo vicioso.

Aparece el síndrome de fragilidad que se caracteriza por una alteración de la nutrición, falta de movilidad y agotamiento, que conlleva una alteración en la velocidad de la marcha, provocando que se camine de forma más lenta. Los estudios médicos y científicos actuales confirman que un indicador para considerar “frágil” a alguien es que tenga una velocidad de la marcha de más de 1 metro por segundo. Y, mayoritariamente, las personas con este indicador también padecen de sarcopenia.

¿Existe tratamiento para la sarcopenia?

Al entrar en la tercera edad de la vida, la sarcopenia tiende a aparecer pero hay remedio para frenar su avance. Para ello es necesario combatirla en tres ámbitos clave:

luchando contra la sarcopenia

Nutrición: Un buena alimentación, con una necesaria presencia de proteínas y añadiendo una buena educación alimentaria, será del todo beneficiosa para contrarrestar los efectos del agotamiento.

Ejercicio físico: Es la clave para frenar y prevenir el avance de la pérdida de fuerza y masa muscular. Un ejercicio activo y contra resistencia (aunque sea contra la fuerza de la gravedad) es lo ideal.

Control sanitario y farmacia: Indispensable tener un control por parte de nuestro médico de cabecera, para adelantarnos lo máximo posible a las necesidades que podamos tener.

 

Muchas gracias a la residencia Allegra por permitirnos difundir su artículo. Nos consta además, que ellos trabajan en la prevención y tratamiento de este y otros síntomas desde una visión holística y multidisciplinar

Comentarios cerrados.