Trabajador social en residencias pequeñas

Contamos hoy con un bloguista invitado que combina dos elementos en apariencia antitéticos: juventud y experiencia. Carles Reixach es trabajador social, y ha trabajado ya para una reconocida empresa de ayuda a domicilio y para varias residencias de mayores. Es sobre su experiencia como trabajador social en residencias pequeñas de lo que trata su post.  Gracias Carles.

El trabajo social en residencias de tercera edad pequeñas

Carles Reixach, trabajador social

Un trabajador social que esté contratado como tal en varias residencias a pocas horas me recuerda en la época medieval a un curandero que va de pueblo en pueblo ofreciendo sus remedios a los aldeanos. Si bien es cierto que no vamos de pueblo en pueblo vendiendo nuestros servicios, sí que vamos de residencia en residencia haciendo nuestras horas soñando con que haya alguna vacante en un solo sitio donde al menos puedas hacer 25 horas a la semana.

Con estas mini jornadas tengo la sensación que intentas hacer muchas cosas pero al final siempre queda algo en el tintero. Esto, como podréis pensar, pasa en muchos trabajos, pero yo lo comento desde el que es mi realidad.

Cuando una residencia es privada acreditada puede ser que busque a un trabajador social a unas 4, 6 u 8 horas a la semana. En este caso me he encontrado yo. La normativa les obliga  si quieren acreditarse a tener un serie de profesionales en plantilla, pero a alguno de ellos no especifica las horas. En las residencias 100% privadas no acreditadas no hace falta que tengan trabajador social.

En el caso del trabajo social a tan pocas horas, la carga de trabajo impide casi del todo, estar con los residentes. Tienes que tramitar empadronamientos, hacer historias de vida, informes sociales, coordinarte con servicios sociales ante cualquier caso que lo requiera, hacer indicadores, resolver dudas de los residentes o sus familiares, gestionar documentación, tramitar PEV’S…. Y hasta a veces (aunque en la mayoría de residencias con esta jornada no te lo piden), enseñar el centro a gente interesada. Sin contar a día de hoy, la de trabajo que de golpe nos  ha venido con el tema de las guardas de hecho de los residentes con deterioro cognitivo.

Por suerte, como decía antes, hay mucha gente tanto residentes como sus familiares, que te agradecen mucho tu trabajo. Y aunque no me he dedicado a ello por las alabanzas, es cierto que en los momentos donde vas más saturado, si piensas un momento en la gente que has ayudado, ves lo que tienes por delante de una forma diferente.

Por otra parte está el equipo: Esas personas de tu trabajo que quizá no influyen directamente en tus funciones, pero están presentes en todo lo que haces. Eso se refleja en el ambiente laboral y en cómo te sientes cuando estás allí. Yo he tenido mucha suerte en este aspecto.

Resumiendo un poco, lo que pretendía es hacer ver el día a día de un trabajador social en residencias pequeñas donde las jornadas son muy reducidas y a menudo no llegas a todo, o no haces según qué como te gustaría.

¿Que pensáis sobre lo que he escrito?

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