La soledad en personas mayores: un desafío médico y familiar

El Dr. Carlos Gil Gálvez nos regala una nueva reflexión sobre la soledad en personas mayores.  Muchas gracias doctor por participar como bloguista invitado.

El reto de la soledad en pesonas mayores

Dr. Carlos Gil Gálvez

Dr. Carlos Gil Galvez, un destacado bloguista invitado.

La soledad en las personas mayores es un nuevo desafío no sólo para los medicos geriatras, sino también para los gerontólogos clínicos y sociales, porque todos juntos podemos detectar y cambiar a tiempo las consecuencias directas de la soledad no deseada en tiempos de vejez. Ya que la soledad como la pobreza son unas de las causas más importantes para la muerte prematura y evitable en tiempos de vejez.

¿Es la soldad una enfermedad con alto componente biológico o es una enfermedad con alto componente psicológico, económico y social? ¿Es una opción no deseada estando en compañía en un contexto social disfuncional? ¿Cómo afecta la corrupción y la impunidad a la soledad en tiempos de vejez?

Como médico especialista en geriatria y médico gerontologo clínico y social debo «alertar» que este fenómeno es más frcuente en tiempos de vejez y fragilidad con desapego familiar en la era de la IV Revolución Industrial. Como experto en esta área del conocimiento debemos cambiar la forma de enfrentar esta realidad con una visión cargada de altas dosis de humanidad y empatía para abordar la soledad no deseada en la vejez cuya caracteristica más visible es su complejidad en el cual existe una tensión dinámica entre los componentes sociales, emocionales (normales y/o patológicas), la salud-independencia, los mltiples aspectos económicos y sus consecuencias psicológicas en el último tramo existencial. Muchas personas mayores viven en compañía en tiempos de vejez pero se sienten solos, estos deben tener un seguimiento longitudinal del componente familiar y comunitario como disparadores de cont nación o riesgo social aumentado.
La percepción social de la soledad debe ser abordada por los gerontólogos y conocer sus consecuencias sobre la emociones, la salud y las comorbilidades existentes, para de esta forma poder diseñar un plan estratégico de intervención integral e integrador, sin olvidar que el crecimiento exponexial de este segmento de la población contribuye al riesgo asociado del aumento dl numero de personas mayores que vivirán solos tanto a escala local, regional y global en tiempos de vejez.

La soledad en personas mayores como enfermedad es un proceso muy complejo, donde su abordaje requiere una visión innovadora, cuyas acciones deben tener un componente humanizado cuyos objetivos de intervención tiene en cuenta todos factores asociados que permitan poner en evidencia por qué determinadas personas se sienten solas. Sabiendo que la soledad es un FR que aumenta la posibilidad de desarrollar la demencia tipo Alzheimer. Aquellas personas que presentan signos clínicos de soledad puede ser una «señal de alerta precoz» preclinica para el desarrollo de la demencia tipo Alzheimer, ya que estos pacientes tiene una probabilidad de hasta 7,5 veces mayor de sentirse solas. Motivo por el cual la soledad se ha transformado un síntoma neuropsiquiátrico mayor para la enfermedad pre-clínica de la demencia tipo Alzheimer en tiempos de vejez. La soledad está asociada a una mayor carga de beta-amiloide cortical y, por lo tanto, con riesgo mayor para desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.

La soledad en personas mayores no es un «condimento»

Como especialista debo destacar que la soledad no es un «condimento» asociado con la edad, a aspectos étnicos o con el aislamiento social, debemos saber que el sentimiento de soledad no siempre es un co-factor negativo o tóxico, ya que muchas personas la pueden ver cómo una oportunidad de auto-reflexión como también como un aislamiento deseado en tiempos de vejez.
En este contexto y escenario debo destacar que el crecimiento y desarrollo de hogares uní-personales no solo a escala local, sino también a escala global. Lo cual esta asociado al aumento de la esperanza de vida pero no libre de enfermedades, que en algunos países de la Tercera Ola supera lo 88a y +, a lo que se suma un paradigma familiar nuevo, que puede ser un medio de cultivo social para que los adultos mayores se sientan solos. Para lo cual he desarrollado un programa de gerontólogo-neuro-educación cuya plataforma principal es el aprendizaje a través de la gestión de la emociones a lo largo del ciclo vital.
Si tomamos los guarismos del INE de España podemos ver que el 25 % de la población envejece en casa (4.584.200 hogares), donde el 42 % de este escenario está constituido por persona mayores de 65a y +, de los cuales más del 73 % son mujeres (1.356.300 hogares). Donde el 40,9 % de las personas mayores son mujeres y que tienen 85a y + que viven solas (1).
Un aspecto cualitativo que debo destacar de todo este colectivo humano «ni todos los que viven solos se pueden sentir solos, como tampoco ni todos los que viven en compañía se pueden sentir acompañados», ya que interactúan otros muchachos co-factores que son facilitadores de soledad, como la auto-estima, falta de comprensión o desapego emocional como causa de la muerte de un ser querido.

Como investigador social consideró que la soledad tiene una matriz común cuyos co-factores necesarios son el cognitivo, el psicológico, el social y el envejecimiento con «familia invisible» o inútil. Cuyo océano existencial se caracteriza por la bipolaridad emocional existente entre lo que deseamos tener y lo que realmente tenemos, lo cual es difícil de cambiar en tiempos de vejez y dependencia filial disfuncional y física.

En este escenario no alcanza con facilitar el acceso a servicios médicos de calidad que no existen, «por el contrario de debe asociar una relación empática para hacerles entender que somo profesionales especializados que les brindamos herramientas para que sean ello mismos con nuestro asesoramiento capaces de mejorar su calidad de vida y para que tengan un acercamiento a la compresión de lo que significa envejecer en la era digital y la IV Revolucion Industrial en tiempos de vejez».

Debo destacar que «estar solo no es lo mismo que sentirse solo», sabiendo que la soledad si compromete la calidad de vida de los que envejecen en casa, ya sea una persona mayor o no, por el contrario estar solo es un proceso natural con el cual nos encontraremos en algún momento de nuestro viaje vital,

Otro aspecto que debo destacar como es la soledad en una institución de cuidados para personas mayores, a la que se deberán enfrentar muchas personas que deberán abandonar su hogar en esta etapa de sus vidas al ingresar a un geriátrico, ya sea porque nadie tiene tiempo disponible para «cuidarlo» o porque el escenario familiar ya no es el «más adecuado». ¿Pero realmente existe un lugar adecuado en tiempos de vejez y dependencia?

Adaptar los hogares para evitar la soledad en personas mayores

Esta realidad como especialista en geriatría y médico gerontólogo clínico y social me obliga a mencionar que existe una necesidad sentida no satisfecha que se puede mejorar para adaptar los hogares de estas personas para que vivan la mayor parte de este tiempo vital en su hogares de origen, a través del seguimiento y asesoramiento por expertos especializados en cuidados geronto-geriátrico, de tal forma que pongamos en movimiento y actividad deseada voluntaria, por y para todas las personas mayores para que todos juntos construyamos una nueva cultura del envejecimiento activo y saludable con y para todas las edades en tiempos de vejez.

Mi objetivo-misión es lograr que todas las personas independiente de su edad participen en actividades sociales creativas con alto SROI, logrando a través de este contacto-interacción-integración social con y para todas las edades un innovador antídoto social para la soledad en personas mayores  y la exclusión social de todas las edades donde más del 30 % de las personas mayores viven solos/as y superan los 80a y +.

(1) Dr. Carlos Gil Galvez, sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, 2017, España.

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