Cambiar la cuidadora domiciliaria

Nuestro hogar es, a menudo, el lugar más íntimo del que disponemos y en el que sentimos mayor confort. Por ello, cuando nos hacemos mayores y necesitamos ayuda de terceras personas para las tareas de nuestro día a día como asearnos, vestirnos, etc, queremos que este soporte se haga en casa y no en una residencia.

En este sentido, cuando acude una cuidadora en casa para ayudarnos, se produce una situación doblemente sensible. Por un lado, esa persona entrará de forma habitual en nuestro hogar. Una persona que, al principio, es totalmente desconocida. Por otro lado, esa persona va ayudarnos en nuestras tareas más íntimas. Tareas que durante décadas hemos realizado de forma autónoma. Ante todo esto, hay veces, (pocas por suerte) en que la persona mayor cuidada y la cuidadora, no acaban de encajar.

Si esto ocurre, lo que siempre se recomienda es tener un poco de paciencia. Sucede a menudo que dos personas no encajan al principio, pero que con el tiempo desarrollan cariño mutuo y complicidad. Aquí también puede desempeñar una importante labor la de la coordinadora del servicio. No obstante, si al cabo de unos pocos meses la cosa no mejora, es cuando muchos usuarios/as del servicio de atención domiciliaria se empiezan a plantear el solicitara la coordinadora el hecho de un cambiar la cuidadora que tenemos y se preguntan si esto se puede hacer.

¿Servicio público o privado?

Ante esto, la respuesta corta es sí. La larga es sí pero con matices. A nivel 100% privado o de SAD acreditado suele ser más fácil ya que la flexibilidad es mayor. A nivel público, aquellas personas a quienes acuda a su casa una trabajadora familiar del servicio domiciliario de su ayuntamiento, (lo cual significa que tienen un grado de dependencia), quizá la cosa tarde un poco más. El hecho de que esto ocurra, es debido a que el proceso de mediación si hay una relación con altibajos entre la cuidadora y la usuario es más exhaustivo. pero se puede hacer claro está.

En cualquier caso hay que tener en cuenta que un cambio de cuidadora en ocasiones puede implicar un cambio en los horarios ya que durante un tiempo no hay más trabajadoras familiares que tengan esa disponibilidad. Eso ocurre sobretodo en las primeras horas de la mañana ya que es cuando desde servicios sociales más se solicita el apoyo para ayudar a levantar a las usuarias de la cama, asearse, vestirse etc. Si tienes un servicio de tarde la cosa será mucho más sencilla. Finalmente, no obstante, no olvides que también se dan las circunstancias de usuarios o usuarias que han pedido el cambio y luego les gusta más la cuidadora que tenían antes que la nueva. Para ello es mejor sopesar bien los pros y los contras

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