Mayores: recuperar la rutina tras la Covid-19

La pandemia que ha obligado a reducir cuando no eliminar, durante largo tiempo la actividad está teniendo graves repercusiones en las personas mayores, tanto a nivel físico como de salud mental. Recuperar la rutina de vida anterior no resulta fácil y supone un esfuerzo al que se añade que, en muchos casos, problemas crónicos o se han agravado o han aparecido dolencias asociadas a la inmovilidad y la falta de estímulos intelectuales o sociales.

Además, la recuperación de la forma física puede ser lenta y complicada y puede añadir inseguridad para desplazarse, hacer las áreas cotidianas o retraer en las relaciones sociales. Esto puede conducir a estados de depresión, tristeza o inseguridad emocional, lo que puede llevar a un aislamiento y eso crear un efecto de vuelta atrás.

Salir del confinamiento y retomar las actividades y relaciones se convierte en un desafío físico, emocional y cognitivo. Es necesario abordar estas consecuencias de la pandemia que con sus peculiaridades se producen tanto en personas que viven en sus domicilios como si viven en centros geriátricos.

En general, los problemas que más se han detectado son la debilidad muscular, fruto de la ausencia de ejercicio, la mala alimentación, sobre todo en personas que viven solas, trastornos del sueño, ansiedad, aislamiento social, aumento del deterioro cognitivos, etc. La consecuencia es una perspectiva de peor salud y de mayor fragilidad.

Hay muchas estrategias y se puede ayudar a las personas mayores en su regreso a la normalidad. Es interesante también que, a pesar de que se tenga mucho interés y ganas de salir de casa y hacer lo mismo que se hacía hace un año, ser realista y empezar despacio a retomar la rutina de actividad, ya sean paseos, actividades culturales o tareas como hacer la compra o la limpieza cotidiana del hogar. Ir despacio permite evaluar las fuerzas y capacidades, a la vez que es estimulante comprobar los progresos.

Acudir al médico. Muchas personas mayores han retrasado o no han acudido a consultas y revisiones por miedo al contagio. Una vez vacunados, deben retomarse las visitas de atención primaria, hacerse las revisiones rutinarias pertinentes, acudir a las especialidades, revisar medicaciones, hacer reconocimientos y retomar las citas de odontología o las revisiones de vista y oído. 

Si se notan problemas de movilidad o para hacer tareas cotidianas, puede ser que se necesite ayuda de un fisioterapeuta. Este profesional ayuda a mejorar la fuerza, el equilibrio, la amplitud de movimiento y la resistencia. También recomienda ejercicios sencillos para hacer de manera individual en los domicilios.

Una recomendación clave es retomar la costumbre de practicar algún tipo de actividad física con regularidad: un paseo por el parque, ejercicios, programas de ejercicios al aire libre con monitores, natación etc. Para aumentar la autoestima, es importante tener una visión realista de las capacidades, probar con un poco de ejercicio moderado, cómo se siente la persona e ir incrementando la intensidad.   

La alimentación juega también un papel clave para retomar la actitud y la forma física prepandemia. La situación ha llevado a muchas personas a alimentarse peor, a veces comiendo en exceso, pues se ha reducido la actividad física, o dejando de comer lo suficiente por problemas de ansiedad derivados de la situación. Aquellas que han pasado esta época solas han tenido que lidiar, además, con dificultades para comprar y organizarse que pueden llevar a abandonar hábitos saludables. Es preciso restablecer una dieta equilibrada, adecuada a la actividad física particular de cada uno, variada y que suponga un estímulo. La alimentación es la base de un estado físico y mental adecuado para afrontar los desafíos diarios. Además tener u poc de rutina en la alimentación ayuda a organizarse.

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Una estrategia buena a nivel mental es reestablecer cada rutina. Los horarios con actividades son importantes pues establecen obligaciones y tareas que dan un sentido a las ocupaciones diarias. Es importante que, en la medida de lo posible, impliquen interacciones sociales e incluyan tiempo al aire libre cuando hace buen tiempo.

Las rutinas cobran especial relevancia en las personas con deterioro cognitivo, que tienden a estar mejor cuando sus días tienen una estructura establecida que les da seguridad.   

Una buena higiene de sueño es también muy importante para recuperar el bienestar. Los trastornos del sueño han aumentado de manera considerable con la pandemia. Para un buen descanso reparador, se deben establecer una rutinas diarias que predispongan a dormir de manera tranquila y sin interrupciones. Algunas son: evitar las cenas copiosas, evitar la ingesta de alcohol o estimulantes y evitar el uso de pantallas luminosas al menos dos horas antes de ir a la cama.

En cuanto a la salud mental, la pandemia ha hecho que aumentaran de forma notable los problemas de tristeza, depresión o ansiedad. Esto es debido en gran parte por el aislamiento físico. Así, debe reforzarse el contacto social con familiares y amigos. Retomar las interacciones cara a cara es fundamental para una buena recuperación, es necesario que las familias se reúnan con sus mayores y que estos se sientan como miembros valiosos en su entorno. Las visitas a las residencias son clave, así organizar salidas, paseos con los mayores que viven en ellas. Aunque los recursos tecnológicos de las videollamadas han sido de gran ayuda, ahora es el momento de retomar el contacto humano directo.

En la recuperación de la salud de nuestros mayores todos tenemos una responsabilidad. No basta con haber sobrevivido a la enfermedad o haberla sorteado. Una vez vacunados, y a medida que el resto de la población también lo está, es necesario ayudarles a retomar el lugar que ocupaban antes, promocionar su vuelta a los espacios sociales en los que participaban, favorecer su salud y sus actividades, y que se ponga como prioridad de nuevo la necesidad de proporcionar a nuestros mayores la mejor calidad de vida con un envejecimiento activo y saludable.

Retomar la rutina vital precisa invertir en tiempo y medios para que poco a poco se vayan superando los traumas y deterioros que deja detrás la covid-19.

No obstante, si consideras que es el momento y que lo necesitas, optar por una residencia de mayores puede ser una buena idea

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