Reflexiones después de navidad ¿Es hora de ir a una residencia de personas mayores?

Las fiestas navideñas son una época de reencuentros y celebraciones familiares. Para muchas familias, estos días representan una oportunidad para compartir tiempo de calidad con sus seres queridos, incluidos los abuelos o padres mayores. Sin embargo, en ocasiones, estas reuniones también son un momento para notar cambios en la autonomía o salud de las personas mayores. Pequeños detalles, como dificultades para realizar actividades cotidianas o señales de aislamiento emocional, pueden generar reflexiones sobre la necesidad de ofrecerles un mayor soporte.

El cambio en la percepción: de la autonomía a la dependencia moderada

No es raro que, después de las fiestas, hijos, nietos o sobrinos se den cuenta de que sus mayores ya no son tan autónomos como antes. Quizá esa persona mayor que antes lideraba la preparación de la cena navideña ahora se cansa fácilmente, o la que siempre mantenía su hogar impecable ahora necesita ayuda con tareas simples. Este cambio es normal y forma parte del proceso de envejecimiento.

Sin embargo, enfrentarlo no siempre es fácil. Es común que las familias se pregunten: ¿Es hora de ir a una residencia de personas mayores?

Las residencias geríatrica: una opción muy válida pero no la única

La residencia para personas mayores suele ser la primera opción que muchas familias consideran. Y, efectivamente, las residencias ofrecen una solución integral para personas con un nivel de dependencia significativo. Brindan cuidados profesionales, actividades sociales y un entorno seguro, lo que puede ser especialmente útil en casos donde la familia no tiene capacidad para ofrecer atención constante.

Sin embargo, es importante recordar que ingresar a una residencia no es la única alternativa. Para situaciones en las que la dependencia es leve o moderada, existen otras opciones que pueden ser igual de efectivas y, en algunos casos, más adecuadas para mantener el vínculo emocional y la rutina del mayor.

Atención domiciliaria: otra solución o servicio a tener en cuenta

La atención domiciliaria es una opción cada vez más valorada por las familias. Este servicio permite que las personas mayores reciban el apoyo que necesitan en su propio hogar, manteniendo su entorno familiar y sus hábitos diarios. Entre los beneficios de la atención domiciliaria se incluyen:

  • Asistencia personalizada: Un cuidador profesional puede ayudar con tareas específicas como la higiene personal, la preparación de comidas o el manejo de medicamentos.
  • Flexibilidad horaria: La atención puede adaptarse a las necesidades de la persona, desde unas pocas horas al día hasta un servicio más intensivo.
  • Conexión emocional: Permanecer en casa permite que los mayores sigan disfrutando de visitas familiares y de sus recuerdos.
  • Menor impacto emocional: Evitar un cambio drástico, como mudarse a una residencia, puede ser menos estresante para la persona mayor.

La importancia de escuchar a la persona mayor

Como familiares, es normal que tengamos nuestra propia percepción sobre lo que creemos que es mejor para nuestros mayores. Es posible que veamos la necesidad de una residencia o de atención domiciliaria como una solución clara, pero no debemos olvidar que la decisión también debe incluir, y es más, priorizar, la opinión de la persona mayor.

Hablar abiertamente con ellos es esencial. Puede que tengan miedos, dudas o incluso ideas preconcebidas sobre las opciones disponibles. También es posible que, aunque necesiten ayuda, quieran preservar su autonomía. Escucharles y respetar su opinión no solo les hará sentir valorados, sino que también facilitará una transición más positiva y armoniosa hacia cualquier solución elegida.

Si es el momento de buscar una residencia de la tercera edad, te podemos ayudar con este formulario

El valor del diálogo familiar

Decidir cómo cuidar a un ser querido en esta etapa de la vida no es sencillo. Implica considerar aspectos emocionales, económicos y prácticos. Por ello, es fundamental abrir un diálogo familiar honesto y respetuoso que incluya la voz de todos los implicados, especialmente la de la persona mayor.

Además, es crucial no asumir la carga de cuidar en solitario y explorar todas las opciones disponibles, desde residencias hasta servicios de apoyo domiciliario o centros de día. La clave está en encontrar una solución que equilibre las necesidades del mayor y su voluntad con las posibilidades de la familia.

En relación sobre este articulo sobre si es hora de ir a una residencia de personas mayores, te recomendamos:

Comentarios cerrados.