Más allá del alzheimer como enfermedad

El Dr. Carlos Gil Gálvez nos ha vuelto ha «regalar» uno de sus interesantes artículos. Esta vez analizando de forma breve la esperanza de vida y otros factores sobre el alzheimer y algunos retos de una sociedad del futuro envejecida.

La esperanza de vida es la pieza clave con la cual se co-crea los múltiples resultado que conlleva el envejecimiento-vejez. La gerontología intervencionista tiene como objetivo que los que envejecen camino al 2060 lo vivan bien la mayor parte del tiempo posible, donde cualquier tipo de intervención tienen la intencionalidad de mejorar la calidad de vida, bienestar y que el final de la vida se lo viva con dignidad.

En este tramo de la vida que forma parte del final del ciclo vital, la mayoría de las personas prefieren ser cuidadas en sus propias casas de preferencia por un familiar o ya sea por alguna persona contratada para este objetivo.

el envejecimiento de la población y el alzheimer, un problema global

La demencia tipo Alzheimer es una enfermedad con alto impacto en la autonomía de las personas y deteriora su capacidad funcional de forma diferencial en cada enfermo a lo largo de su evolución, donde la forma de afrontamiento para cada familias es totalmente distinta co-dependiente de c/u de ellas, para lo cual la sociedad y los sistemas socio-sanitarios no tiene un PLAN de ACCIÓN en red integral e integrador como respuesta ágil a sus necesidades en cambio permanente

Por el contrario la respuesta del SNS es totalmente fragmentado o no existe. Lo cual se hace evidente tanto en las zonas urbano-rurales periféricas y las áreas rurales. Pero también es un «nicho» de oportunidades para la nueva «industria del cuidado» en tiempos de vejez, como también de mucha incertidumbre para las familias que en soledad deben cuidar a estos enfermos.

¿Esconde esta enfermedad un gran negocio? ¿Se deben desarrollar estrictos controles de calidad asistencial? ¿Se puede prevenir esta enfermedad? ¿Cuándo iniciar la prevención? Se puede prevenir pero no curar y menos retrasar cuando la enfermedad ya está dando señales de alerta tardía.

Si, actuamos de forma precoz (30-40 años) en los grupos de riesgo, donde la edad es el principal factor de riesgo (FR) no modificable, la educación, el distrés, el factor genético y la alimentación.

Carlos Gil Galvez, Master en cuidados especializados para enfermos y familiares de enfermos con Alzheimer, Universidad de Salamanca (USAL), ESPAÑA.